Un día en Viena: los 7 planazos que no te debes perder

Si tienes la suerte de poder pasar un día en Viena, no te agobies porque lo mejor de la capital de Austria se puede recorrer en una sola jornada.

Viena es de esas capitales europeas a las que puedes ir un día o un mes, que siempre quedan cosas por descubrir porque su historia y su patrimonio cultural son enormes. 

Aquí encontrarás monumentos y edificios que inundan sus calles, parques fastuosos y huella de la importancia de la música por doquier. No en vano, Viena ha sido considerada durante muchos siglos como la capital musical de Europa y es la ciudad natal de, nada más y nada menos, Johann Strauss o Franz Schubert.

Sí hay mucho que ver, sí.

Pero que no cunda el pánico, que visitar Viena en un día y volver habiendo hecho lo más importante es solamente cuestión de organización. Así que vamos con lo mejor de la capital de Austria en 24 horas.

Un día en Viena da para mucho

Viena cambia bastante según la estación del año en la que la visites, tienes que saberlo.

La mejor época para viajar a Viena es verano porque su temperatura media es de unos 20⁰C y lo máximo que puede pasar es que llueva un poco (algo que se agradece si vienes de alguna tórrida parte de España).

Pero si solo puedes visitarla en invierno, la verdad es que nevada y con pistas de patinaje a full también mola mucho.

Vayas en la época que vayas, estas son las maravillas que te esperan:

#1 Palacios de cuento

En una visita a Viena en un día tienes que pasarte al menos por delante de sus tres palacios más emblemáticos.

El Palacio de Schönbrunn fue la residencia de verano de los Habsburgo, una de las familias reales más poderosas de la historia de Europa. 

Este “chaletito” tiene la friolera de 1.400 habitaciones, para que te hagas una idea del poderío de sus moradores (no podemos ni imaginar cómo sería su residencia habitual).

Como es de esperar, el palacio por dentro da mucho de sí; lástima no andar sobrado de tiempo. Así que admira sus exteriores y disfruta de sus jardines, que son tanto o más espectaculares que el edificio y visitarlos es gratis.

De palacio en palacio y tiro porque me toca: el Palacio Imperial de Hofburg fue otra de las residencias de los Habsburgo, que vivieron allí durante seis siglos y ahora es la casa del presidente de la República Austríaca.

Para imaginarte esta preciosa construcción en pleno apogeo te recomendamos que leas o veas alguna de las clásicas películas sobre Sissi Emperatriz (Isabel de Baviera), un personaje con mucha miga cuya historia es digna del mejor de los culebrones.

Y para terminar la experiencia palaciega en tu visita a Viena en un día, nos movemos al Palacio Belvedere, que perteneció a… 

No, este no era de los Habsburgo, sino del príncipe Eugenio de Saboya.

Los jardines del Palacio de Belvedere son una auténtica maravilla y el reflejo del edificio en el lago de lo más fotogénico que te vas a encontrar, sí. Peeeero el gran protagonista del lugar es “El beso” de Klimt, que está en su interior.

#2 Tomar un café en el Café Central

Otra parada imprescindible en tu ruta por Viena en un día es el Café Central.

Este lugar tan especial es el más antiguo de la ciudad y ha sido el punto de encuentro de personalidades varias de la talla de Sigmund Freud o Trotsky.

Prepárate para pagar un pastizal por un café en cualquiera de las versiones que ofrecen (en Viena tienen su propia cultura del café) pero de verdad que vale la pena por el ambiente con música en directo y su espectacular interior.

#3 Comer platos tradicionales

Un día en Viena no está completo si no das buena cuenta de sus platos más representativos como son los schnitzels o las salchichas vienesas.

Sin duda el rey de la cocina vienesa es el Wiener Schnitzel: un escalope de ternera empanado que suele ir acompañado de una ensalada tibia de patatas que encaja de maravilla con una buena cerveza de Malta, otro clásico de tierras austriacas.

Además de esta fantasía de dúo, entre lo más típico están las salchichas, el goulash y el pan vienés, ¡cómo no!

#4 Ponerte morado a tarta Sacher

Esta tarta de chocolate y mermelada de albaricoque merece capítulo aparte del resto de la cocina vienesa porque seguramente es lo más famoso de la ciudad. Con permiso del vals, claro.

Como solo tienes un día en Viena, no te andes con tonterías y prueba la del Hotel Sacher. Allí sirven LA tarta Sacher, no una cualquiera.

Verás que la ofrecen más barata en casi todos los restaurantes y pastelerías que encuentres a tu paso, pero la del Hotel Sacher es la más auténtica y la decoración de la cafetería te transporta a otra época. Y que te la sirva un camarero en frac, también.

#5 Disfrutar como un niño en el Prater

Un must de un día en Viena es El Prater.

Este parque de atracciones es el más antiguo de Europa (fue construido en 1897 nada menos) como también lo es su noria gigante, uno de los emblemas de la ciudad con la que no pudo ni la Segunda Guerra Mundial.

Además de las atracciones, el parque es uno de los lugares favoritos de locales y visitantes para hacer deporte y el sitio perfecto para un descansito.

#6 Viena, capital mundial de la música

Music is in the air: en Viena en un día hay tantas referencias a la música, a sus compositores y eventos que es imposible no darse cuenta de que lo suyo es de otra galaxia.

El famoso Concierto de Año Nuevo (sí, ese que ponen en RTVE mientras tú sobrevives a la resaca de la Nochevieja), la Mozarthaus, la Ópera, la presencia de Johann Strauss en el Stadtpark… La música está por todas partes.

Pero como el tiempo es oro, para tu itinerario de un día por la capital austríaca quédate con la Ópera del Estado de Viena.

El edificio en sí es impresionante y desde ahí te viene perfecto para ir directo a la Catedral de San Esteban, que está muy cerquita y es otro hot spot de la ciudad.

#7 A las 12 en el Reloj Anker

Este recorrido por cosas que hacer en un día en Viena toca a su fin en un evento que tiene lugar todos los días a las 12 del mediodía, ¡desde 1914!

Desde hace más de 100 años en la plaza Hoher Markt, que es la más antigua de Viena, en el Reloj Anker desfilan doce figuras a ritmo de música clásica vienesa.

Si no te pilla al mediodía por allí tampoco es grave ya que el reloj por sí solo es una pasada y la plaza con la Fuente de los Desposorios y la Fuente de la Boda vale mucho la pena. Además está muy cerca de la Catedral de San Esteban y te viene todo rodado.

Otras cosas que ver en Viena en un día

Como hablábamos al principio, Viena no te la acabas en una jornada −ni en cien− y lo que aquí te proponemos es solo una de las opciones para un día en la capital austríaca.

Si quieres explorar otras alternativas para estar un día en Viena, estos son otros lugares dignos de tu presencia:

  • Volksgarten, un parque de fábula.
  • El Ayuntamiento de Viena, que te recordará al de Bruselas.
  • La Biblioteca Nacional de Austria y su Gran Sala.
  • La casa de Mozart, Mozarthaus.

Está claro que ni son todos los que están ni están todos los que son. Pero con esta lista ya vas bien para un día en Viena.

Solo es cuestión de organizarse con algo tan sencillo como hacerte con tu cuaderno de viaje 51 Trips de Viena para planificar cada detalle de pe a pa.